sábado, 21 de febrero de 2015

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CHILE: EL CORONAVIRUS COMO EPIDEMIA DEL MIEDO, EL DISTANCIAMIENTO SOCIAL COMO NARRATIVA


Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/ (Abril 2020)

 

 COLUMNA | ¿Dónde están nuestros desaparecidos? - Progresistas

La “normalidad” reinante en el Chile pre rebelión popular del 18 de octubre, estaba hegemónicamente sustentada en un capitalismo que trae consigo una moralidad promotora de individualismo-aislamiento social, potenciador y agudizador de desigualdades sociales, excluyente de las grandes mayorías y articulador de la destrucción planetaria.

Esta “normalidad”, estructurada como un complejo sistema que permea la subjetividad de las personas, desarrollando esquemas perceptivos, cognitivos y afectivos, que definen el accionar de éstas y de la sociedad en general, es lo que el sociólogo francés Pierre Bourdieu reconocía como habitus. Seguir leyendo en: https://www.nodal.am/2020/04/chile-el-coronavirus-como-epidemia-del-miedo-el-distanciamiento-social-como-narrativa-por-juan-rubio-gonzalez/

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VIOLENCIA Y PAZ SOCIAL: UNA VISIÓN INTEGRAL HISTÓRICO-CULTURAL, COMO CRÍTICA A LOS ANÁLISIS DETERMINISTAS Y FUNCIONALISTAS

Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/ (Noviembre 2019)

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Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime (Bertolt Brecht)

 

La sociedad chilena, desde hace más de un mes está en el foco mundial, producto del -para algunos sectores- “inesperado” estallido social, que representa una mayoritaria respuesta popular ante décadas de injusticia, pauperización y postergaciones sociales. A propósito de ello, uno de los aspectos más debatidos en la actualidad, tiene que ver con la violencia y la paz social. Si el debate se centra en la coyuntura en específico, particularizada en las actuales protestas sociales, y no se analiza con una mirada integral, compleja e histórico-cultural, se está en riesgo de centrarse en la parte, y no ver la totalidad y las complejidades que radican en ello, tal como lo hacen las visiones deterministas y funcionalistas que analizan los procesos sociales, y que por cierto, copan los espacios comunicacionales e informativos. Seguir leyendo en: https://www.alainet.org/es/articulo/203424

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PARASITISMO Y LUMPENIZACIÓN; LA CULTURA ÉTICA Y MORAL DE LAS ÉLITES GOBERNANTES


Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/ (Enero 2018)

 

 

Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella (Joan Baez)



En la década del 70 del siglo pasado, André Gunder Frank nos ilustraba con la característica rastrera que presentan las burguesías criollas, denominándolas lumpenburguesía y lumpendesarrollo, a los modelos dependientes que históricamente han generado, de los centros monopólicos mundiales.

En efecto, las llamadas burguesías nacionales han mantenido una mirada y un proyecto cortoplacista en términos productivos, con baja eficiencia y extremadamente entreguista, en cuanto a los recursos y materias primas de nuestros países. Pero con el asentamiento del capital financiero, esta cualidad lumpenezca y parasitaria, propia de las burguesías periféricas, se ha trasladado a los llamados centros monopólicos; en definitiva estos fenómenos se han mundializado, creando aristocracias parasitarias y lumpenezcas, enquistadas en todos los ámbitos. Seguir leyendo en:  https://www.surysur.net/parasitismo-y-lumpenizacion-la-cultura-etica-y-moral-de-las-elites-gobernantes/

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¿ES POSIBLE HABLAR DE DICOTOMÍA IZQUIERDA/DERECHA EN LA CLASE GOBERNANTE ACTUAL?


Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/ (Diciembre 2017)

 

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Tras la desaparición del joven activista social Santiago Maldonado, en agosto pasado, a manos de las fuerzas policiales del Estado argentino, comenzó a circular por las redes sociales, y en las marchas realizadas en la mayor parte de los países latinoamericanos, un afiche que decía: “si no te interesa lo que hicieron con un desaparecido; entonces no tenemos diferencias políticas, tenemos diferencias morales, éticas y humanas”. Por simple que parezca esta frase, representa una profunda carga ideológica y política. Seguir leyendo en:  https://www.surysur.net/la-clasificacion-derechaizquierda-en-la-actual-clase-politica-gobernante-toca-fondo/

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CRÓNICA DE UN ABSTENCIONISTA DECLARADO; EL NIVEL ÉTICO-MORAL DE LA CLASE POLÍTICA CHILENA

Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/  (Diciembre 2017)

 

 

Existen dos maneras de ser engañados. Una es creer lo que no es verdad, la otra es negarse a aceptar lo que sí es verdad (Soren Kierkegaard)

Abstenerse es la práctica de omitir participar en algo. Los motivos pueden ser diversos, y la idea de esta crónica es fundamentar algunos, a propósito de la elección presidencial vivida recientemente en nuestro país. Para ser rigurosos, diremos que al hablar de una elección, estamos refiriéndonos estrictamente al proceso mental, mediante el cual, podemos analizar y posteriormente juzgar los méritos, falencias, ventajas y desventajas, de diversas opciones que se nos presentan, lo cual permite posteriormente, seleccionar una o más de una de estas alternativas.

Como vemos, estamos frente a un proceso, que implica diversas fases, acciones individuales y colectivas, que desembocan finalmente en elegir algo. Seguir leyendo en: https://www.surysur.net/cronica-de-un-abstencionista-declarado-el-nivel-etico-moral-de-la-clase-politica-chilena/

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RECONFIGURACIÓN DEL “SUJETO VIOLENTISTA”; NUEVA FASE DE LA GUERRA PSICOLÓGICA EN CHILE



El Estado, cuando quiere iniciar una acción poco popular, crea preventivamente, la opinión pública adecuada, esto es, organiza y centraliza ciertos elementos de la sociedad civil [...] La opinión pública es el contenido político de la voluntad política pública que podría ser discordante: por eso existe la lucha por el monopolio de los órganos de la opinión pública; periódicos, partidos, parlamento, de modo que una sola fuerza modele la opinión y con ello la voluntad política nacional, convirtiendo a los disidentes en un polvillo individual e inorgánico (Gramsci)

El reciente sábado 18 de julio, el periódico chileno “La Tercera”, perteneciente a Copesa, cuyo consorcio junto al de la familia Edwards, monopolizan la prensa escrita en Chile, dio a conocer un reportaje claramente clasista y prejuicioso, donde es establecía un “perfil del barrabrava”, caracterizándolo a estos hinchas del futbol, básicamente como “jóvenes violentistas anárquicos”. En esa misma línea, un par de días antes, ante la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputados, el Subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, afirmaba que un "30% de las personas que participan (en las marchas) son delincuentes, porcentaje que incluso puede ser mayor", insinuaba el militante “socialista”.

Claramente, ambas intervenciones no están descontextualizadas, pues operan en la misma lógica, que intenta crear las condiciones psicosociales para implementar la nueva estrategia de contención social del Estado chileno, ante el cada vez mayor despertar del movimiento social. Lo anterior, corresponde a la intervención directa que se aplicará hacia las masas, luego de que la clase dominante llegase a un acuerdo político de encausar el “rumbo reformista” y adecuarlo a las “condiciones macroeconómicas” que vive Chile actualmente, y que la presidenta Bachelet eufemísticamente caracteriza como “realismo sin renuncia”, entendiendo que ella terminará su administración pero como una figura simbólica, pues quienes tomaron las riendas de la conducción política del Estado, son los directos representantes de los monopolios.

En su acepción esencialmente militar, la Guerra Psicológica (GP), se relaciona al conjunto de maniobras de intimidación o de información, tendientes a quebrantar la moral enemiga y consecuentemente, disminuir su capacidad de lucha. Para ese propósito, se articulan las denominadas “quintas columnas” que por lo general se infiltran en las filas enemigas, difundiendo informaciones y rumores falsos, con el objeto de producir desmotivación y desorden interno.

En el caso de la arremetida del Estado chileno, contra el movimiento popular, las armas “no convencionales” utilizadas en la GP, tales como la información y la propaganda, en última instancia, están destinadas a la disuasión, la división y el debilitamiento de las masas; en la práctica, la GP actúa como punta de lanza de la Lucha de Clases, y busca quebrantar la moral de las masas, minando su decisión y voluntad de lucha.

Eso es lo que buscan los mass media, los dirigentes políticos y todos quienes defienden el orden capitalista, incluyendo a quienes pretenden a puntas de reformas, lograr cambios en las condiciones de vida de quienes más sufren. La táctica disuasiva que implementan, es intentar igualar la legítima violencia de masas en la lucha social, que surge como autodefensa a la represión y violencia del Estado, con la acción del lumpen proletario y del lumpen burgués, que surge como la descomposición y lumpenización de la clase dominante, como fase propia de la evolución del capitalismo (Ver documento, “Antisociales y lumpenización; la ética y moral burguesa putrefacta y decadente”).

Un ejemplo claro de esta articulación y de la masificación de la GP, se da en la lucha interna del Gremio de profesores, donde su presidente (militante “comunista”) define que “…la mayoría del magisterio no puede condicionarse a las pretensiones de grupos radicalizados de dirigentes”, con lo que plantea claramente una posición respecto a la lucha que mantienen los profesores por alcanzar mínimos avances respecto a su carrera docente, pues lo relevante para estos dirigentes “comunistas” es mantener la moderación política, claramente servil y genuflexa hacia poder y no propiciar las condiciones, para lograr transformaciones reales en la vida de los profesores. Para ese objetivo, se articulan entre las masas, como “quinta columna”, dividiendo, creando falsas expectativas por un lado, y por otro, desinformando, creando rumores y noticias alarmantes, que van dirigidos a los puntos más sensibles, en este caso las bases del magisterio, que son manipuladas por una dirigencia, que claramente busca la negociación con el gobierno y por lo tanto, la neutralización del movimiento de masas en alza.


Como vemos, la GP es un tipo de guerra dirigida contra la mente de los sujetos, utilizando la disciplina psicológica y los avances en las técnicas informativas y comunicacionales, buscando orientar la voluntad y la conducta de los pueblos, utilizando la ciencia, el arte, la literatura, la política, la economía, la religión y todos los medios, que permiten bombardear la mente humana y sembrar el temor, la desconfianza, el desaliento y derrotismo entre las masas, lo que se traduce en nubosidad e inmovilismo en su accionar.

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ESQUIZOFRENIA SOCIAL; PATOLOGÍA PROPIA DEL CAPITALISMO




“El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia” (C. Marx)

Del griego chizein phrēn, traducido como dividir o escindir el entendimiento o la razón, la esquizofrenia ha sido definida como una patología  mental, que los manuales psiquiátricos y psicológicos, que tanto publicitan las industrias farmacéuticas capitalistas, especifican como un “trastorno mental crónico y grave, que quienes lo padecen muestran lenguaje y pensamiento desorganizado, delirios, alucinaciones, trastornos afectivos y “conducta inadecuada”.

Desde posturas positivistas, dualistas y biologicistas, que se basan en el modelo de las ciencias naturales, la esquizofrenia tendría su origen en la genética, o a lo sumo se trataría de un “yo escindido, psicótico o delirante”, como lo plantea el psicoanálisis, que se centra en lo intrapsíquico, sugiriendo la existencia de un individuo no social, con ideas endógenas, como si fuese posible cualquier actividad psicológica fuera de lo consciente.

En cambio, desde posturas histórico-culturalistas, que entienden a toda actividad psicológica como actividades de la consciencia y a la vez imposibles de separar de la vida social, la esquizofrenia es una representación psicológica, parte de la consciencia social, donde la sintomatología básica corresponde a una falta de percepción de la realidad, alteraciones en la percepción o en la expresión de la alteración de la realidad, producida por un contexto histórico y cultural determinado.

Es así, como la disociación ideo afectiva y comportamental de los sujetos en una sociedad como la capitalista, está definida por las condiciones histórico-culturales que esta sociedad ha construido, lo que explica que el grado de distorsión de la realidad, que un gran porcentaje de la población vivencia, que podemos conceptualizar como esquizofrenia social, si asumimos las caracterizaciones que históricamente se ha realizado de esta representación psicológica.
Lev Vigotsky, uno de los principales forjadores del enfoque histórico-cultural, establece que la conciencia consiste en la forma de contacto social con uno mismo, vale decir, que lo básico para todo sujeto es percibir su autoconciencia; en qué mundo habita, cuál es su realidad, características determinantes de su contexto (las condiciones concretas, como lo planteaba Lenin), y por cierto, qué rol ocupa dentro de ese medio que habita. 

El paradigma histórico-culturalista, asume el postulado marxista de que “el hombre es el conjunto de las relaciones sociales”, que se rige por leyes socio-históricas, como establece Engels en la Dialéctica de la Naturaleza y como lo reafirma el propio Marx: los histórico-culturalistas “… no partimos de lo que los hombres dicen, piensan, o imaginan, para llegar a los hombres de carne y hueso. Partimos de los hombres realmente activos y estudiamos el desarrollo de los reflejos y ecos ideológicos de sus verdaderos procesos vitales como nacidos de estos procesos vitales. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia".

En ese contexto, el ser humano no es un concepto abstracto; es un concreto insertado en una sociedad y una cultura determinada, rodeado de relaciones sociales (la materialidad), de ahí que el psiquismo humano es un producto social; la psicología humana es un proceso de apropiación, a través de toda la historia cultural, que ha vivido un sujeto.

Atendiendo este basamento epistemológico, la alienación social y por consecuencia, la ya conceptualizada esquizofrenia social, serían patologías propias del modo de producción capitalista, pues a la base de estas manifestaciones psicológicas, se encuentra la actividad práctica que realizan los sujetos, que determinan su conciencia y su voluntad, en última instancia. Es en esta actividad práctica (por ejemplo el trabajo, como lo establece el marxismo, como principal actividad transformadora), donde debemos buscar la etiología del comportamiento esquizofrénico,  pues en el capitalismo, se da la paradoja, de que las actividades prácticas que los hombres realizan, a fin de cuentas, no les pertenece, pues es otro (el dueño del medio de producción) a quien le pertenece toda esa actividad práctica.

Es esa la realidad que se vive bajo el capitalismo, y que explica la alienación social, la esquizofrenia social, el narcisismo, el carácter antisocial (como patología) de parte de la población. Pues, lo que marca el carácter de la producción capitalista, es que la actividad realizada no le pertenece al sujeto que de verdad la realiza, es un “algo” extraño a su ser; es esta disociación material, la que se refleja en la disociación psicológica de los sujetos, pues viven una contradicción fundamental y permanente: la actividad práctica que realizan, no les es propia, se encuentra fuera de ellos, no le pertenece a su ser, de ahí que resulta un “algo” extraño, fuera del sí mismo; es la pérdida del sí mismo y eso se traduce en patología social alienante: la esquizofrenia social.

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ANTISOCIALES Y LUMPENIZACIÓN; LA ÉTICA Y MORAL BURGUESA PUTREFACTA Y DECADENTE



“…la verdad siempre es revolucionaria” (R. Rolland)

A propósito de los cacerolazos ABC1 en barrios pudientes de Santiago pidiendo protección de su Estado, a propósito de Sacerdotes pedófilos y violadores, de empresarios y políticos ladrones desfilando por tribunales, de militares y civiles torturadores y asesinos, de una denominada clase política parasitando y sobreutilizando recursos,  y un largo etc., son sólo ejemplos que representan la cruda realidad de descomposición y decadencia ética y moral, por las que atraviesa la clase dominante en Chile, situación que no ha de ser diferente en otras latitudes, donde el modo de producción capitalista ha entrado en crisis, y por consecuencia toda su superestructura jurídico-política-ideológica.

A la base de esta putrefacción y descomposición moral de la clase dominante y de sus instituciones, podemos encontrar un concepto que la explica: lumpenización, que si bien el marxismo utilizó en sus inicios, para referirse a sectores pertenecientes a la masa desintegrada de la población más excluida (lumpen proletariado), que carecía de conciencia de clase y exhibía actitudes poco fiables, pues pasaban a apoyar a la clase dominante con facilidad. En ese contexto, el marxismo identifica al lumpen, como aquellos sectores que se transforman en mercenarios y utilizan el crimen como su forma habitual de vida.

En la actualidad, podemos encontrar estos sectores, que han hecho de la criminalidad una cultura, pero enquistados en la clase burguesa, y la constituyen aquellos que utilizan el robo, el tráfico de drogas, el parasitarismo político, la pedofilia, etc., que han naturalizado el crimen y lo han transformado en su forma de vida.

En la práctica, así como el marxismo planteaba que la presencia del lumpen proletariado, se transformaba en un escollo para el avance de la clase revolucionaria, en la actualidad el lumpen burgués se transforma en la contradicción y descomposición interna de la propia clase dominante, en el sector que está llevando a la podredumbre y a barrer con sus propios códigos y valores, que alguna vez compartieron. A ese proceso de descomposición y decadencia interna se le denomina lumpenización y representa la crisis suprema, moral y ética de la clase dominante, que ya vimos aparecer hace siglos, al hacer sucumbir al impero romano, luego a las realezas y al poder feudal.

Este polo lumpenezco que nace de manera marginal al interior de la clase dominante, desde su periferia e ilegalidad, poco a poco y exponencialmente, va permeando su estructura, llega a su centro y obliga a realizar transformaciones a su aparato jurídico-político-ideológico, como lo vemos con los actuales acuerdos que realiza la denominada clase política chilena. Desde un enfoque histórico-culturalista, la explicación de esta decadencia y lumpenización de la clase dominante, también la podemos encontrar en el carácter dependiente de la burguesía latinoamericana, que de alguna manera trató de explicar André Gunder Frank (teoría de la dependencia) en la década del 70, y especialmente por la estructura colonial y entreguista, que les ha caracterizado desde su surgimiento.

Ahora, desde la perspectiva específicamente psicológica y asumiendo el paradigma histórico-culturalista, la acción lumpenezca de las burguesías y la articulación estructural de esta característica, que pone en jaque al poder burgués, está mediada por una patología social que los clásicos manuales psiquiátricos y psicológicos, definen como trastorno antisocial de la personalidad, que básicamente representa un patrón prolongado de manipulación, explotación o violación de los derechos de otros.

Los manuales que sistematizan los signos y sintomatología, establecen que los trastornos antisociales de la personalidad, caracterizan a sujetos que se muestran capaces de actuar de manera jovial y encantadora, expertos para adular y manipular las emociones de otras personas, tener excesos con drogas o alcohol, mentir, robar y especialmente destaca la particularidad de no sentir culpa, ni remordimiento por las acciones realizadas. Si al lector le parecen conocidas estas características en algún personaje público, político, empresario, etc., no es casualidad, pues esta representación de la personalidad, es mucho más característica y recurrente en el hombre burgués, de lo que se pretende aparentar.

Los estudios realizados evidencian que raramente, quienes evidencian esta sociopatía, buscan por iniciativa propia tratamiento, de ser así, para los profesionales de las disciplinas psiquiátricas y psicológicas, representan un reto difícil de afrontar pues estos sujetos no logran admitir que están frente a un problema que debe ser tratado, vale decir, prevalece la egosintonía que es una de las principales características del lumpen burgués, que actúa cegado por la avaricia y la competencia desmedida. Asumiendo esta caracterización, la lumpenización es parte de un proceso estructural que ha venido a quedarse, y sus efectos se comienzan a ver, en la decadencia y putrefacción, que es el cáncer de la clase dominante.

Es en ese contexto, donde actúan los mass media y todos los canales artificiales que se dota la clase dominante para ejercer la propaganda burguesa y la guerra psicológica, que nos mantienen alienados y nos han convencido que el lumpen y los antisociales, son quienes protestan, realizan barricadas, lanzan piedras, etc. Es a esta comunicación unilateral impartida por radio, televisión, prensa escrita, redes sociales, expertos disciplinarios de toda índole, etc., a la cual es necesario anteponer la verdad del pueblo, la verdad revolucionaria, pero ya no más de forma desorganizada y atomizada, sino que de una vez por todas, de forma articulada y con bases científicas. Informarse y actuar con conocimiento, son cualidades que sacudirán la abulia e indiferencia social, a la que nos han sometido, pues parafraseando a Gramsci, “la indiferencia es el peso muerto de la historia… quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son cobardía, no vida”.

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ALIENACIÓN SOCIAL Y GUERRA PSICOLÓGICA

Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/


Vi sus caras de resignación,
los vi felices llenos de dolor

Santiago de Chile, un día cualquiera, ocho de la mañana, línea 1 del metro. A medida que avanzan las estaciones suben más y más personas hasta el extremo de que tan apretujados, el hecho de respirar se hace problemático. Como puedo me “atrinchero” en una esquina y observo las caras de jóvenes, mujeres y hombres, transpirando rabia, violencia e incomunicación, pues la mayoría lleva puesto en sus orejas, audífonos conectados a sus teléfonos o artefactos musicales; una cantidad de ellos efectivamente escuchando música, pero también una buena cantidad simulando, para no ser importunado por alguien que quiera conversar de la situación que pasan a diario.

Ante ello, se me vienen a la mente los versos de la canción de Fito Páez: “vi sus caras de resignación, los vi felices llenos de dolor” y me pregunto, qué es lo que permite estos grados de degradación humana, de tener que soportar un traslado propio de la ganadería; hasta qué punto los seres humanos permiten mancillar su dignidad. Pero en honor a la verdad, el traslado a sus centros de trabajo y de educación, es sólo el comienzo de un largo de día de humillaciones que deben soportar. Y ahí aparece el viejo Marx respondiendo certeramente, pues lo que permite este y muchos diarios y cotidianos atropellos, es la alienación.

La alienación es un fenómeno social que la disciplina de la psicología debe estudiar y atender, pues es el rasgo típico y fundamental de la sociedad capitalista. La alienación, es el contexto que vive un sujeto que en la práctica no es dueño de sí mismo, ni de sus acciones y menos de sus pensamientos. Para el marxismo y para la psicología histórico-cultural este fenómeno social se produce por el contexto en que se desarrollan los sujetos, esencialmente por la Formación Económico-Social (FES) que determina la forma de interacción social, lo cual está marcada por la propiedad privada de los medios de producción y la consecuente ganancia privada del producto del trabajo social. En ese contexto, la alienación aparece como uno de los pilares de la lucha de clases y por consiguiente parte fundamental de la dominación y sometimiento de una clase sobre otra.

Así entonces, la guerra psicológica que vive la población de nuestros países, la patologización extrema de los fenómenos psicosociales, la criminalización de las luchas sociales, entre otras variables de dominación, tienen por objetivo el anular la voluntad de lucha de los pueblos, factor que se ve exacerbado en los actuales momentos de crisis profunda que atraviesa este régimen de la esclavitud asalariada a nivel planetario.

Es bajo estos parámetros, que debemos entender la doctrina, estrategias y tácticas implementadas para ejercer la dominación. La información como propaganda (elemento que trataremos en otro artículo) y lo que se conoce como Guerra de Cuarta Generación (guerra sin armas convencionales) son los elementos de vanguardia desde hace algún tiempo, para lograr los objetivos trazados. Efectivamente, los estrategas en guerra psicológica, han venido implementando y desarrollando un variado “arsenal” de acciones que buscan controlar, dominar y principalmente enfrentar otro tipo de guerra que surge de los pueblos: la “Guerra de Resistencia”, que es el escalón más básico y anárquico de organización, y que es donde precisamente se ubican las actuales escaramuzas de la mayoría de los llamados movimientos sociales y especialmente de las orgánicas y organizaciones políticas, llamadas a ser conductoras de un proceso de cambios estructurales, que necesita invariablemente “estados superiores” de conocimiento, conciencia y de lucha.

Así, el objetivo estratégico de las Guerras de Cuarta Generación, utilizando la era de la tecnología informática y de las comunicaciones globalizadas, es simplemente controlar para dominar. La aplicación de estas estrategias son variadas: por mencionar algunas, vimos cómo se destruyó el tejido social e introdujeron la droga en las poblaciones más combativas de nuestro país; como se exacerba el consumismo y el individualismo como valores supremos; la acción de la escuela y centros educativos formales, como centro formador de sujetos acríticos y serviles; la atomización de las demandas populares y especialmente el tipo de problemáticas que moviliza en mayor medida a los jóvenes de hoy (ejemplo la legalización de la marihuana); y podríamos continuar, pero lo básico es comprender que toda guerra psicológica es básicamente una guerra ideológica, vale decir, que se dispone a conquistar las mentes de los individuos y de los pueblos, y la mayor cantidad de las acciones que podemos ver en la actualidad, cumplen con ese objetivo.

En ese contexto la Guerra Psicológica, es la base de la Guerra de Cuarta Generación, donde lo fundamental es la operación en las masas, mediante los fenómenos llamados “mediáticos”, que evidentemente son controlados por las actuales técnicas científicas de comunicación, que manejan los grandes monopolios mediáticos del capitalismo, llamados a manipular, ejercer control social y  encaminados a la conquista psicológica-social de las mentes, que como hemos visto, es el control básico de cualquier oponente.


Así entonces, volviendo a los versos de Fito Páez,  “la melancolía de morir en este mundo y de vivir sin una estúpida razón”, parece entenderse a la luz de lo planteado anteriormente. Lo complicado es que este tipo de información, normalmente se tratan con poca seriedad, bajo el rótulo de “teorías conspirativas” o simplemente como invenciones afiebradas, que no se condicen con la realidad que se vive en las poblaciones. Nuestra intención en cambio, es posicionar la disciplina psicológica, como catalizador de los fenómenos sociales y cómo instrumento que permita explicar los actuales problemas que aquejan a nuestra población.

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ESTADO DE CONMOCIÓN Y ESTADO DE EXCEPCIÓN EN EL NORTE CHILENO

Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/

No es misterio, que los sucesos vitales que ha soportado gran parte de la población de la región de Atacama y Antofagasta en estos últimos días, están generando un estrés generalizado y por cierto cambios cualitativos trascendentales en el futuro de miles de pobladores de esta zona del país. Pero además, esta acción de la naturaleza, nos permite observar con meridiana claridad, una cantidad de “sintomatología social” que desde la psicología militante, es necesario evidenciar.

Como antecedente primario, es necesario conceptualizar algunos elementos, que de tanto repetirse en los medios de alienación social, se terminan asumiendo como verdades universales. Se dice por ejemplo, que lo ocurrido en el norte chico, es un “desastre de la naturaleza”; nada más alejado de la realidad concreta, pues esto no es más que una manifestación de la naturaleza, ante la desquiciada manipulación y exterminio ecológico que produce este modo de producción capitalista, en su fase monopólica.

Es en ese contexto, que la naturaleza reacciona; en el caso de la mayoría de las zonas afectadas, los cauces fluviales buscan su origen y los principales afectados, son los asentamientos urbanos que se construyen en las zonas geográficas donde históricamente han bajado las aguas desde la precordillera. No acusemos entonces a la naturaleza de “catastrófica”, pues aquí los únicos culpables son los Monopolios y los Estados Monopolistas, que han intervenido la naturaleza de la forma más bárbara que la historia haya conocido, al extremo de depositar desechos químicos y tóxicos, literalmente en las cabezas de los pobladores que habitan, las regiones denominadas mineras.

En la práctica estos “pasivos mineros”, como eufemísticamente les gusta llamar a los relaves y desechos de la actividad minera, la propia naturaleza se ha encargado de demostrar que nos son nada de pasivos, pues esta es la base del peor desastre ambiental que está por venir, pues estos activos químicos que han permanecido “invisibles” para los monopolios, aparecerán junto a metales pesados como el mercurio, arsénico y otros químicos, que son mortales para la vida humana y no humana.

Pero esta manera de producir y estructurar los asentamientos urbanos, cada cierto tiempo deja ver las contradicciones intrínsecas que determinan la relación capital-trabajo y de paso devela la tortura permanente a lo que se somete a una buena parte de la población. Desde la psicología, se plantea que estas crisis permiten reconocer una sintomatología oculta, que las sociedades no exteriorizan en otras circunstancias de “paz social”. En ese contexto, la alienación como fenómeno social y rasgo típico de la sociedad capitalista, también entra en contradicción.

En efecto, las crisis se presentan con tal magnitud, que permite por momentos despertar la conciencia de los pueblos; que estos visibilicen la barbarie y destrucción humana, a la que son sometidos y particularmente aparece la auto organización comunitaria, el desarrollo de la solidaridad de clase, basamentos subjetivos de la concepción primaria de lo que representa el Poder Popular.

Pero el Estado Monopolista también se organiza ante estas crisis. Es así como en las zonas afectadas, se ha declarado Estado de Excepción, que en la práctica es la estructuración que adquiere el aparato jurídico-político, en casos extremos, vale decir, cuando la propiedad privada está en riesgo. En estricto rigor, el estado de excepción, se aplica a situaciones donde las autoridades civiles son sobrepasadas y así la estructura militar del Estado Monopolista asume la administración del Estado, trascendiendo incluso a lo que se denomina el estado de Derecho, o la forma convencional de implementación de su dictadura de clase.

De esa forma, las crisis climáticas y ecoambientales que estamos observando en el norte chileno, nos permite percibir descarnadamente las contradicciones capitalistas, la barbarie de su modo de producción y por cierto la voluntad y estoicidad de los pueblos.

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PSICOLOGÍA HISTÓRICO-CULTURAL

El enfoque histórico-cultural o socio-cultural en psicología representa un paradigma holístico e integral que concibe al ser humano, como un conjunto de relaciones sociales. De ahí, que el desarrollo psíquico y personal se entienda como una construcción social y cultural, en un proceso histórico determinado, donde la interacción con otros sujetos es determinante.

El psicólogo soviético Lev Vigotsky (Orsha, 1896 - Moscú, 1934) fue uno de los fundadores de este enfoque, planteando que la génesis de las funciones psicológicas de un sujeto las podemos encontrar en la interacción socio-cultural y no como algo heredado genéticamente o provenientes de un inconsciente recóndito. La psicología histórico-cultural entonces, plantea que la conformación psíquica está definida por el desarrollo cultural de los individuos, y esta, se da primero en el plano social (relaciones sociales) y después a nivel individual (se internalizan):  

Todas las funciones en el desarrollo del niño aparecen en dos momentos: primero a nivel social, y después a nivel individual; en primer lugar entre las personas (inter-psicológicamente), y después en el interior del propio niño (intrapsicológicamente) [...]. Todas las funciones superiores se originan a partir de las relaciones reales entre los individuos humanos (Vygotsky, 1994).

En esa misma lógica, el psicólogo soviético plantea que:

Primero el individuo realiza las acciones exteriores, que serán interpretados por los que le rodean, de acuerdo con los significados culturalmente establecidos. A partir de esta interpretación es que le será posible al individuo atribuir significado a sus acciones individuales y desarrollar sus propios procesos internos psicológicos, que pueden ser interpretados por el mismo partiendo de los mecanismos establecidos por el grupo y comprendido a través de los códigos culturales compartidos por los miembros de este grupo (Vigotsky, 1994).

De ahí que desde la psicología histórico-cultural, el ser humano no es un sujeto pasivo, por el contrario, es un ser social y cultural participante activo en el proceso de creación de su medio ambiente, y no determinado linealmente por éste, donde las llamadas “funciones psicológicas superiores” deben ser comprendidas en las relaciones sociales presentes en la vida del sujeto y su “conducta” por tanto, se forjaría desde un comienzo relacionada en un marco de interacción con otros sujetos.