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CHILE:
EL CORONAVIRUS COMO EPIDEMIA DEL MIEDO, EL DISTANCIAMIENTO SOCIAL COMO
NARRATIVA
Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/
(Abril 2020)
La “normalidad” reinante en el Chile pre rebelión
popular del 18 de octubre, estaba hegemónicamente sustentada en un capitalismo
que trae consigo una moralidad promotora de individualismo-aislamiento social,
potenciador y agudizador de desigualdades sociales, excluyente de las grandes
mayorías y articulador de la destrucción planetaria.
Esta “normalidad”, estructurada como un complejo
sistema que permea la subjetividad de las personas, desarrollando esquemas
perceptivos, cognitivos y afectivos, que definen el accionar de éstas y de la
sociedad en general, es lo que el sociólogo francés Pierre Bourdieu reconocía
como habitus. Seguir leyendo en: https://www.nodal.am/2020/04/chile-el-coronavirus-como-epidemia-del-miedo-el-distanciamiento-social-como-narrativa-por-juan-rubio-gonzalez/
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VIOLENCIA
Y PAZ SOCIAL: UNA VISIÓN INTEGRAL HISTÓRICO-CULTURAL, COMO CRÍTICA A LOS
ANÁLISIS DETERMINISTAS Y FUNCIONALISTAS
Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/
(Noviembre 2019)
Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero
nadie llama violento al lecho que lo oprime
(Bertolt Brecht)
La sociedad chilena, desde hace más de un mes está
en el foco mundial, producto del -para algunos sectores- “inesperado” estallido
social, que representa una mayoritaria respuesta popular ante décadas de
injusticia, pauperización y postergaciones sociales. A propósito de ello, uno
de los aspectos más debatidos en la actualidad, tiene que ver con la violencia
y la paz social. Si el debate se centra en la coyuntura en específico,
particularizada en las actuales protestas sociales, y no se analiza con una
mirada integral, compleja e histórico-cultural, se está en riesgo de centrarse
en la parte, y no ver la totalidad y las complejidades que radican en ello, tal
como lo hacen las visiones deterministas y funcionalistas que analizan los
procesos sociales, y que por cierto, copan los espacios comunicacionales e
informativos. Seguir leyendo en: https://www.alainet.org/es/articulo/203424
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PARASITISMO
Y LUMPENIZACIÓN; LA CULTURA ÉTICA Y MORAL DE LAS ÉLITES GOBERNANTES
Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/
(Enero 2018)
Si no peleas para acabar con la corrupción y la
podredumbre, acabarás formando parte de ella
(Joan Baez)
En
la década del 70 del siglo pasado, André Gunder Frank nos ilustraba con la
característica rastrera que presentan las burguesías criollas, denominándolas
lumpenburguesía y lumpendesarrollo, a los modelos dependientes que
históricamente han generado, de los centros monopólicos mundiales.
En
efecto, las llamadas burguesías nacionales han mantenido una mirada y un
proyecto cortoplacista en términos productivos, con baja eficiencia y
extremadamente entreguista, en cuanto a los recursos y materias primas de
nuestros países. Pero con el asentamiento del capital financiero, esta cualidad
lumpenezca y parasitaria, propia de las burguesías periféricas, se ha
trasladado a los llamados centros monopólicos; en definitiva estos fenómenos se
han mundializado, creando aristocracias parasitarias y lumpenezcas, enquistadas
en todos los ámbitos. Seguir leyendo en: https://www.surysur.net/parasitismo-y-lumpenizacion-la-cultura-etica-y-moral-de-las-elites-gobernantes/
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¿ES
POSIBLE HABLAR DE DICOTOMÍA IZQUIERDA/DERECHA EN LA CLASE GOBERNANTE ACTUAL?
Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/ (Diciembre 2017)
Tras la desaparición del joven activista social Santiago Maldonado, en
agosto pasado, a manos de las fuerzas policiales del Estado argentino, comenzó
a circular por las redes sociales, y en las marchas realizadas en la mayor
parte de los países latinoamericanos, un afiche que decía: “si no te interesa
lo que hicieron con un desaparecido; entonces no tenemos diferencias políticas,
tenemos diferencias morales, éticas y humanas”. Por simple que parezca esta
frase, representa una profunda carga ideológica y política. Seguir leyendo en: https://www.surysur.net/la-clasificacion-derechaizquierda-en-la-actual-clase-politica-gobernante-toca-fondo/
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CRÓNICA
DE UN ABSTENCIONISTA DECLARADO; EL NIVEL ÉTICO-MORAL DE LA CLASE POLÍTICA
CHILENA
Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/ (Diciembre 2017)
Existen
dos maneras de ser engañados. Una es creer lo que no es verdad, la otra es
negarse a aceptar lo que sí es verdad (Soren Kierkegaard)
Abstenerse
es la práctica de omitir participar en algo. Los motivos pueden ser diversos, y
la idea de esta crónica es fundamentar algunos, a propósito de la elección
presidencial vivida recientemente en nuestro país. Para ser rigurosos, diremos
que al hablar de una elección, estamos refiriéndonos estrictamente al proceso
mental, mediante el cual, podemos analizar y posteriormente juzgar los méritos,
falencias, ventajas y desventajas, de diversas opciones que se nos presentan,
lo cual permite posteriormente, seleccionar una o más de una de estas
alternativas.
Como
vemos, estamos frente a un proceso, que implica diversas fases, acciones
individuales y colectivas, que desembocan finalmente en elegir algo. Seguir leyendo
en: https://www.surysur.net/cronica-de-un-abstencionista-declarado-el-nivel-etico-moral-de-la-clase-politica-chilena/
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RECONFIGURACIÓN
DEL “SUJETO VIOLENTISTA”; NUEVA FASE DE LA GUERRA PSICOLÓGICA EN CHILE
El
Estado, cuando quiere iniciar una acción poco popular, crea preventivamente, la
opinión pública adecuada, esto es, organiza y centraliza ciertos elementos de
la sociedad civil [...] La opinión pública es el contenido político de la
voluntad política pública que podría ser discordante: por eso existe la lucha
por el monopolio de los órganos de la opinión pública; periódicos, partidos,
parlamento, de modo que una sola fuerza modele la opinión y con ello la
voluntad política nacional, convirtiendo a los disidentes en un polvillo
individual e inorgánico (Gramsci)
El reciente sábado 18
de julio, el periódico chileno “La Tercera”, perteneciente a Copesa, cuyo
consorcio junto al de la familia Edwards, monopolizan la prensa escrita en
Chile, dio a conocer un reportaje claramente clasista y prejuicioso, donde es
establecía un “perfil del barrabrava”, caracterizándolo a estos hinchas del
futbol, básicamente como “jóvenes violentistas anárquicos”. En esa misma línea,
un par de días antes, ante la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de
Diputados, el Subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, afirmaba que un "30% de las personas que participan (en
las marchas) son delincuentes, porcentaje que incluso puede ser mayor",
insinuaba el militante “socialista”.
Claramente, ambas
intervenciones no están descontextualizadas, pues operan en la misma lógica,
que intenta crear las condiciones psicosociales para implementar la nueva
estrategia de contención social del Estado chileno, ante el cada vez mayor
despertar del movimiento social. Lo anterior, corresponde a la intervención
directa que se aplicará hacia las masas, luego de que la clase dominante
llegase a un acuerdo político de encausar el “rumbo reformista” y adecuarlo a
las “condiciones macroeconómicas” que vive Chile actualmente, y que la presidenta
Bachelet eufemísticamente caracteriza como “realismo
sin renuncia”, entendiendo que ella terminará su administración pero como
una figura simbólica, pues quienes tomaron las riendas de la conducción
política del Estado, son los directos representantes de los monopolios.
En su acepción
esencialmente militar, la Guerra
Psicológica (GP), se relaciona al conjunto de maniobras de intimidación o
de información, tendientes a quebrantar la moral enemiga y consecuentemente,
disminuir su capacidad de lucha. Para ese propósito, se articulan las
denominadas “quintas columnas” que por lo general se infiltran en las filas
enemigas, difundiendo informaciones y rumores falsos, con el objeto de producir
desmotivación y desorden interno.
En el caso de la
arremetida del Estado chileno, contra el movimiento popular, las armas “no convencionales”
utilizadas en la GP, tales como la información y la propaganda, en última
instancia, están destinadas a la disuasión, la división y el debilitamiento de
las masas; en la práctica, la GP actúa como punta de lanza de la Lucha de
Clases, y busca quebrantar la moral de las masas, minando su decisión y
voluntad de lucha.
Eso es lo que buscan
los mass media, los dirigentes políticos y todos quienes defienden el orden
capitalista, incluyendo a quienes pretenden a puntas de reformas, lograr
cambios en las condiciones de vida de quienes más sufren. La táctica disuasiva
que implementan, es intentar igualar la legítima violencia de masas en la lucha
social, que surge como autodefensa a la represión y violencia del Estado, con
la acción del lumpen proletario y del lumpen burgués, que surge como la
descomposición y lumpenización de la clase dominante, como fase propia de la
evolución del capitalismo (Ver documento, “Antisociales
y lumpenización; la ética y moral burguesa putrefacta y decadente”).
Un ejemplo claro de
esta articulación y de la masificación de la GP, se da en la lucha interna del
Gremio de profesores, donde su presidente (militante “comunista”) define que “…la mayoría del magisterio no puede
condicionarse a las pretensiones de grupos radicalizados de dirigentes”,
con lo que plantea claramente una posición respecto a la lucha que mantienen
los profesores por alcanzar mínimos avances respecto a su carrera docente, pues
lo relevante para estos dirigentes “comunistas” es mantener la moderación
política, claramente servil y genuflexa hacia poder y no propiciar las
condiciones, para lograr transformaciones reales en la vida de los profesores.
Para ese objetivo, se articulan entre las masas, como “quinta columna”,
dividiendo, creando falsas expectativas por un lado, y por otro, desinformando,
creando rumores y noticias alarmantes, que van dirigidos a los puntos más
sensibles, en este caso las bases del magisterio, que son manipuladas por una
dirigencia, que claramente busca la negociación con el gobierno y por lo tanto,
la neutralización del movimiento de masas en alza.
Como vemos, la GP es
un tipo de guerra dirigida contra la mente de los sujetos, utilizando la
disciplina psicológica y los avances en las técnicas informativas y
comunicacionales, buscando orientar la voluntad y la conducta de los pueblos,
utilizando la ciencia, el arte, la literatura, la política, la economía, la
religión y todos los medios, que permiten bombardear la mente humana y sembrar
el temor, la desconfianza, el desaliento y derrotismo entre las masas, lo que
se traduce en nubosidad e inmovilismo en su accionar.
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ESQUIZOFRENIA
SOCIAL; PATOLOGÍA PROPIA DEL CAPITALISMO
“El
modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social
política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que
determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su
conciencia” (C. Marx)
Del griego chizein
phrēn, traducido como dividir o escindir
el entendimiento o la razón, la esquizofrenia ha sido definida como una
patología mental, que los manuales
psiquiátricos y psicológicos, que tanto publicitan las industrias farmacéuticas
capitalistas, especifican como un “trastorno mental crónico y grave, que
quienes lo padecen muestran lenguaje y pensamiento desorganizado, delirios,
alucinaciones, trastornos afectivos y “conducta inadecuada”.
Desde posturas
positivistas, dualistas y biologicistas, que se basan en el modelo de las
ciencias naturales, la esquizofrenia tendría su origen en la genética, o a lo
sumo se trataría de un “yo escindido, psicótico o delirante”, como lo plantea
el psicoanálisis, que se centra en lo intrapsíquico, sugiriendo la existencia
de un individuo no social, con ideas endógenas, como si fuese posible cualquier
actividad psicológica fuera de lo consciente.
En cambio, desde
posturas histórico-culturalistas,
que entienden a toda actividad psicológica como actividades de la consciencia y
a la vez imposibles de separar de la vida social, la esquizofrenia es una representación psicológica, parte de la
consciencia social, donde la sintomatología básica corresponde a una falta de percepción de la realidad,
alteraciones en la percepción o en la expresión de la alteración de la
realidad, producida por un contexto histórico y cultural determinado.
Es así, como la
disociación ideo afectiva y comportamental de los sujetos en una sociedad como
la capitalista, está definida por las condiciones histórico-culturales que esta
sociedad ha construido, lo que explica que el grado de distorsión de la
realidad, que un gran porcentaje de la población vivencia, que podemos
conceptualizar como esquizofrenia social,
si asumimos las caracterizaciones que históricamente se ha realizado de esta
representación psicológica.
Lev
Vigotsky, uno de los principales forjadores del enfoque
histórico-cultural, establece que la conciencia consiste en la forma de
contacto social con uno mismo, vale decir, que lo básico para todo sujeto es
percibir su autoconciencia; en qué mundo habita, cuál es su realidad,
características determinantes de su contexto (las condiciones concretas, como
lo planteaba Lenin), y por cierto, qué rol ocupa dentro de ese medio que
habita.
El paradigma
histórico-culturalista, asume el postulado marxista de que “el hombre es el conjunto de las relaciones sociales”, que se rige
por leyes socio-históricas, como establece Engels en la Dialéctica de la Naturaleza y como lo reafirma el propio Marx: los
histórico-culturalistas “… no partimos de
lo que los hombres dicen, piensan, o imaginan, para llegar a los hombres de
carne y hueso. Partimos de los hombres realmente activos y estudiamos el
desarrollo de los reflejos y ecos ideológicos de sus verdaderos procesos
vitales como nacidos de estos procesos vitales. No es la conciencia la que
determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia".
En ese contexto, el ser humano no es un concepto abstracto;
es un concreto insertado en una sociedad y una cultura determinada, rodeado
de relaciones sociales (la materialidad), de ahí que el psiquismo humano es un
producto social; la psicología humana es un proceso de apropiación, a través de
toda la historia cultural, que ha vivido un sujeto.
Atendiendo este
basamento epistemológico, la alienación
social y por consecuencia, la ya conceptualizada esquizofrenia social, serían
patologías propias del modo de producción capitalista, pues a la base de
estas manifestaciones psicológicas, se encuentra la actividad práctica que realizan los sujetos, que determinan su
conciencia y su voluntad, en última instancia. Es en esta actividad
práctica (por ejemplo el trabajo, como lo establece el marxismo, como principal
actividad transformadora), donde debemos buscar la etiología del comportamiento
esquizofrénico, pues en el capitalismo,
se da la paradoja, de que las actividades prácticas que los hombres realizan, a
fin de cuentas, no les pertenece, pues es otro (el dueño del medio de
producción) a quien le pertenece toda esa actividad práctica.
Es esa la realidad
que se vive bajo el capitalismo, y que explica la alienación social, la
esquizofrenia social, el narcisismo, el carácter antisocial (como patología) de
parte de la población. Pues, lo que marca el carácter de la producción
capitalista, es que la actividad
realizada no le pertenece al sujeto que de verdad la realiza, es un “algo”
extraño a su ser; es esta disociación material, la que se refleja en la
disociación psicológica de los sujetos, pues viven una contradicción
fundamental y permanente: la actividad práctica que realizan, no les es propia,
se encuentra fuera de ellos, no le pertenece a su ser, de ahí que resulta un
“algo” extraño, fuera del sí mismo; es la pérdida del sí mismo y eso se traduce
en patología social alienante: la esquizofrenia social.
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ANTISOCIALES
Y LUMPENIZACIÓN; LA ÉTICA Y MORAL BURGUESA PUTREFACTA Y DECADENTE
“…la
verdad siempre es revolucionaria” (R. Rolland)
A propósito de los
cacerolazos ABC1 en barrios pudientes de Santiago pidiendo protección de su
Estado, a propósito de Sacerdotes pedófilos y violadores, de empresarios y
políticos ladrones desfilando por tribunales, de militares y civiles
torturadores y asesinos, de una denominada clase política parasitando y
sobreutilizando recursos, y un largo
etc., son sólo ejemplos que representan la cruda realidad de descomposición y
decadencia ética y moral, por las que atraviesa la clase dominante en Chile,
situación que no ha de ser diferente en otras latitudes, donde el modo de
producción capitalista ha entrado en crisis, y por consecuencia toda su
superestructura jurídico-política-ideológica.
A la base de esta
putrefacción y descomposición moral de la clase dominante y de sus
instituciones, podemos encontrar un concepto que la explica: lumpenización,
que si bien el marxismo utilizó en sus inicios, para referirse a sectores
pertenecientes a la masa desintegrada de la población más excluida (lumpen
proletariado), que carecía de conciencia de clase y exhibía actitudes poco
fiables, pues pasaban a apoyar a la clase dominante con facilidad. En ese
contexto, el marxismo identifica al lumpen, como aquellos sectores que se transforman en mercenarios y utilizan el crimen como su
forma habitual de vida.
En la actualidad,
podemos encontrar estos sectores, que han hecho de la criminalidad una cultura,
pero enquistados en la clase burguesa, y la constituyen aquellos que utilizan
el robo, el tráfico de drogas, el parasitarismo político, la pedofilia, etc.,
que han naturalizado el crimen y lo han transformado en su forma de vida.
En la práctica, así
como el marxismo planteaba que la presencia del lumpen proletariado, se
transformaba en un escollo para el avance de la clase revolucionaria, en la
actualidad el lumpen burgués se
transforma en la contradicción y descomposición interna de la propia clase
dominante, en el sector que está llevando a la podredumbre y a barrer con sus
propios códigos y valores, que alguna vez compartieron. A ese proceso de descomposición y decadencia
interna se le denomina lumpenización y representa la crisis suprema, moral
y ética de la clase dominante, que ya vimos aparecer hace siglos, al hacer
sucumbir al impero romano, luego a las realezas y al poder feudal.
Este polo lumpenezco
que nace de manera marginal al interior de la clase dominante, desde su
periferia e ilegalidad, poco a poco y exponencialmente, va permeando su
estructura, llega a su centro y obliga a realizar transformaciones a su aparato
jurídico-político-ideológico, como lo vemos con los actuales acuerdos que
realiza la denominada clase política chilena. Desde un enfoque
histórico-culturalista, la explicación de esta decadencia y lumpenización de la
clase dominante, también la podemos encontrar en el carácter dependiente de la
burguesía latinoamericana, que de alguna manera trató de explicar André Gunder
Frank (teoría de la dependencia) en la década del 70, y especialmente por la
estructura colonial y entreguista, que les ha caracterizado desde su
surgimiento.
Ahora, desde la
perspectiva específicamente psicológica y asumiendo el paradigma
histórico-culturalista, la acción lumpenezca de las burguesías y la
articulación estructural de esta característica, que pone en jaque al poder
burgués, está mediada por una patología social que los clásicos manuales
psiquiátricos y psicológicos, definen como trastorno antisocial de la personalidad,
que básicamente representa un patrón prolongado de manipulación, explotación o
violación de los derechos de otros.
Los manuales que
sistematizan los signos y sintomatología, establecen que los trastornos antisociales de la personalidad,
caracterizan a sujetos que se muestran capaces de actuar de manera jovial y
encantadora, expertos para adular y manipular las emociones de otras personas,
tener excesos con drogas o alcohol, mentir, robar y especialmente destaca la
particularidad de no sentir culpa, ni remordimiento por las acciones realizadas.
Si al lector le parecen conocidas estas características en algún personaje
público, político, empresario, etc., no es casualidad, pues esta representación
de la personalidad, es mucho más característica y recurrente en
el hombre burgués, de lo que se pretende aparentar.
Los estudios
realizados evidencian que raramente, quienes evidencian esta sociopatía, buscan
por iniciativa propia tratamiento, de ser así, para los profesionales de las
disciplinas psiquiátricas y psicológicas, representan un reto difícil de
afrontar pues estos sujetos no logran admitir que están frente a un problema
que debe ser tratado, vale decir, prevalece la egosintonía que es una de las
principales características del lumpen burgués, que actúa cegado por la
avaricia y la competencia desmedida. Asumiendo esta caracterización, la lumpenización es parte de un proceso
estructural que ha venido a quedarse, y sus efectos se comienzan a ver, en
la decadencia y putrefacción, que es el cáncer de la clase dominante.
Es en ese contexto,
donde actúan los mass media y todos los canales artificiales que se dota la
clase dominante para ejercer la propaganda burguesa y la guerra psicológica,
que nos mantienen alienados y nos han convencido que el lumpen y los
antisociales, son quienes protestan, realizan barricadas, lanzan piedras, etc.
Es a esta comunicación unilateral impartida por radio, televisión, prensa
escrita, redes sociales, expertos disciplinarios de toda índole, etc., a la
cual es necesario anteponer la verdad del pueblo, la verdad revolucionaria,
pero ya no más de forma desorganizada y atomizada, sino que de una vez por
todas, de forma articulada y con bases científicas. Informarse y actuar con
conocimiento, son cualidades que sacudirán la abulia e indiferencia social, a
la que nos han sometido, pues parafraseando a Gramsci, “la indiferencia es el peso muerto de la historia… quien verdaderamente
vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia
son parasitismo, son cobardía, no vida”.
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ALIENACIÓN
SOCIAL Y GUERRA PSICOLÓGICA
Por: http://psicologiahistoricocultural21.blogspot.com/